Las impresoras, sin importar el sistema de impresión (chorro de tinta, laser, offset digital, etc,) pueden y deben someterse a un proceso de calibración y posterior creación de perfiles ICC.
Dentro de este archivo, el perfil ICC, se encuentra información sumamente valiosa para lograr adaptar el color de manera confiable. Cuánto y cómo reproduce color un dispositivo de impresión le permite al RIP de Color (software encargado de realizar las adaptaciones de color), interpretar y adaptar de la mejor manera la información de una imagen al momento de ser impresa.
Un perfil ICC es el resultado de la combinación del juego de tintas (CMYK, CMYK+CyM ligth, CMYK+OGB, etc), el material a imprimir y la configuración dentro del RIP de impresión (resolución y pasadas).
Los beneficio son similares en todas las impresoras, desde la hogareñas a las grandes impresoras de producción. La creación de un perfil ICC de salida y su correcto uso, logran optimizar tiempos e insumos, lo que se traduce en dinero. En concreto, grises neutros, colores saturados (según el tipo de tinta utilizado), pasos tonales equilibrados, degradados suaves, mejor simulación de colores spot (colores de marca) y una mejor adaptación del color en las imágenes, aproximándolas al máximo posible respecto del monitor.